
El
mandato de la promoción y protección de todos los derechos humanos, se lo
promulga en diciembre de 1993, en el mundo habían algunos privilegiados que
tenían la oportunidad de conocer el contenido de la Carta de los Derechos
humanos, pero por lo contrario la gran mayoría seguía sin conocer que tenía
derechos iguales que el otro, y que le asistía el derecho de exigir
cumplimiento, pero los hijos del imperio hacen lo posible y lo imposible por
invisibilizar al otro y seguir haciendo que las desigualdades iniciales con las
cuales nacen las sociedades en el mundo se sigan manteniendo.
El
abuelo Zenón nos decía: “si no eres capaz de compartir el poder con el otro en
igualdad de condiciones, no eres verdaderamente libre en el goce de los derechos
humanos”.
Se
hace necesario que tengamos claro el sentido de la interdependencia en función
de que es una realidad que determina el pleno funcionamiento, ejercicio y
cumplimiento de los Derechos, en definitiva el funcionamiento de nuestras
vidas. Todos dependemos de otras personas para sobrevivir y desarrollarnos,
como todo derecho depende de otro para que la persona pueda alcanzar una plena
realización: nuestro día a día depende de los demás. Lo mismo ocurre con el
medio ambiente, puesto que sus cambios nos afectan a veces de manera dramática.
En
esa medida el carácter indivisible e interdependiente de los derechos
económicos, sociales, culturales, civiles y políticos, es fundamental en la
posibilidad del ser humano de lograr su realización plena y poder soñar en un
futuro no muy lejano, construir una sociedad sin desigualdades y hagamos del
ser humano la ecuación perfecta.
El
mandato de la Declaración de Viena, compromete a los estados a promover y
proteger todos los Derechos Humanos de todas las personas, ”sean cual fueren
sus sistemas políticos, económicos y culturales. Muchos países saltaron y se
opusieron a la firma, pero la fuerza de la razón es más fuerte que los bajos
intereses del capital voraz.
El
abuelo Zenón decía, los Derechos, no se clasifican por jerarquía, los Derechos
solo son Derechos y ninguno de ellos tiene más valor que el otro, por lo tanto
todos tienen la misma importancia.
Si
no tienes Derechos económicos, sociales y culturales, de seguro que estarás
condenado a vivir y morir en la pobreza, decía Zenón.
El
día de hoy no solo celebramos el nacimiento de los derechos humanos, sino que
es importante celebrar el inicio de la protección y difusión de dichos
derechos, porque lo que no conocemos, no tendremos la capacidad de defender y
poder disfrutar de sus bondades; por eso la Conferencia de Viena dio inicio a
la garantía de los derechos, dio inicio al protocolo facultativo del pacto
internacional de Derechos económicos, sociales y culturales, que sin ellos
probablemente la Declaración seria solo palabras escrita con buenas
intenciones, y después de la entrada en vigor, en marzo de 1976, del protocolo
facultativo del Pacto Internacional de los Derechos civiles y políticos, esto
permitió que los ciudadanos puedan denunciar las violaciones de los Derechos
civiles y políticos.
En
definitiva es a partir de la Conferencia de Viena, que nace el preludio de los
grandes adelantos, en el campo de los Derechos Humanos.
Saludamos
a la verdadera civilización humana, por que en la medida en que creamos más Derechos
estamos rompiendo con la injusticia y estamos procurando proteger a la madre
tierra y asegurando la felicidad de todos y todas.
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